Qué es el Urbanismo Feminista y qué Propone para las Ciudades
Las ciudades parecen haber sido hechas para hombres y no para todos: mujeres, niños, jóvenes, ancianos, discapacitados, comunidad diversa, etc. Este es uno de los postulados del urbanismo feminista, una forma de planear las ciudades más allá de los “valores patriarcales”.
Por eso, varios colectivos analizan las distintas formas de vivir la ciudad para, al final, fortalecer la equidad en las experiencias urbanas para todo tipo de edades, trabajos y hasta inclinaciones sexuales. Aunque, claro, el énfasis se hace en las mujeres.
“Las ponemos en el centro porque históricamente han sido invisibilizadas. Desde el urbanismo no se tiene en cuenta que son cuidadoras y por eso tienen necesidades especiales en términos de seguridad, movilidad y trabajo”, explica Marta Fonseca, cofundadora de Col·lectiu Punt 6, un colectivo español de arquitectas, urbanistas y sociólogas que estudian las ciudades desde la lupa feminista.
Fonseca, colombiana y arquitecta, ha recorrido las calles de Barcelona y otras ciudades junto a sus compañeras preguntando cómo se vive y percibe la ciudad. Asegura que el diálogo con las comunidades es clave a la hora de construir una ciudad realmente equitativa. “El urbanismo actual se enfoca en la esfera productiva: prioriza los viajes distantes, el carro particular, la economía, pero desatiende los derechos sexuales y el cuidado. Queremos utilizar la experiencia de las personas para enriquecer los proyectos y poner la vida cotidiana en el centro de las decisiones urbanas. Queremos reclamar que el urbanismo actual es neutro y desconoce la diversidad”, afirma.
Así son los diálogos y mapeos comunitarios que hace Punt 6 en Barcelona.
Ahora, la pregunta es casi obvia: ¿cómo una ciudad reproduce ‘valores patriarcales’ y afecta a mujeres y otras poblaciones? Fonseca explica que todo comienza por ignorar el valor del cuidado y las labores cotidianas que suelen hacer las mujeres.
Reconocerlas “implica hacer posible su acceso a un transporte público seguro, que sus trabajos no estén alejados del hogar y solo ubicados en polígonos industriales, que haya infraestructura para ir con coches o sillas de ruedas, o que haya más baños públicos”, enumera, aunque hace una salvedad: “No significa perpetuar su labor cuidadora. Hay que compartir las cargas. Pero, mientras sucede, queremos hacerles más fácil la vida”.
No inventamos el urbanismo feminista. Pero sí unimos partes de un puzle desde la geografía, la historia, la sociología y el urbanismo para reivindicar a la mujer en la ciudad
Uno de los mayores obstáculos para vivir la ciudad, siendo mujer, es la noche. Tales y tantas son las dificultades que significan transitar por las calles a altas horas que el colectivo hizo un juicioso análisis al respecto y produjo una guía en 2017: ‘Nocturnas: La vida cotidiana de las mujeres que trabajan de noche en el área metropolitana de Barcelona’.
El drama tiene múltiples caras: acoso sexual, atracos, miedo e inseguridad, menos opciones de movilidad, cambios de rutas y mayores gastos.
Según el estudio de caso, hay opciones para mejorar la situación: ajustar la frecuencia y cobertura del transporte público para que llegue a todos los puntos, crear más señalización para encontrar rutas, mayor vigilancia, fortalecer la presencia de espacios comerciales abiertos, conocer el sector, iluminar zonas peatonales, eliminar espacios donde puedan ocultarse atacantes y limpiar el espacio público.
Estudios como este han sido exitosos en el caso de Punt 6 porque se cobijan bajo la Ley de Barrios (2004) en su punto seis, que impulsa la equidad de género en el uso del espacio urbano y los equipamientos. Desde el Estado hubo voluntad de hablar de género.Pero otros colectivos en el mundo aún tienen un largo camino por recorrer.
Ciudad Feminista (Chile)
Hace poco más de un año, un grupo de académicas de la Universidad de Chile logró consolidar la plataforma Ciudad Feminista, un proyecto académico, político y territorial que cruza el urbanismo, la geografía y el feminismo. Pero, en este caso, con las particularidades y retos del contexto latinoamericano.
“Aquí, el concepto de urbanismo feminista se ha desarrollado hace muy poco. Por eso queremos hablar de él, para pensar soluciones efectivas que no vengan de afuera, sino de las voces de nuestra gente”, dice Patricia Retamal, Magíster en Estudios de Género y cofundadora del colectivo.
Como sus colegas de Barcelona, las integrantes de ‘Ciudad Feminista’ insisten en que las ciudades se han pensado para un sujeto único “masculino, blanco, sano y joven”, y se desconoce un enfoque intersecciónal que ponga en el centro la vida cotidiana y que comprenda tres aspectos clave: seguridad, movilidad y economía.
Aunque algunos de los retos suelen ser universales, Retamal y su grupo han identificado puntos de riesgo particulares en su ciudad: cómo las grandes construcciones y proyectos inmobiliarios en Chile, que han avanzado de forma desmedida y sin mayor regulación, los que alteran a las comunidades y en espacial los trayectos de las mujeres y las niñas y las ponen en situaciones de riesgo, por ejemplo.
Aquí, el urbanismo feminista se ha desarrollado hace muy poco. Por eso queremos hablar de él, para pensar soluciones efectivas que vengan de las voces de nuestra gente
“Mientras se construye, se crean caminos peatonales alternativos (más estrechos y oscuros), hay escombros en las calles, las rutas de buses cambian y las mujeres tienen que interactuar con estos nuevos obstáculos”, detalla Retamal, quien también ha hecho hallazgos significativos de los riesgos para las mujeres en las zonas periféricas de la ciudad. “Quienes viven lejos no se desenvuelven con la misma seguridad que mujeres que viven en barrios más tranquilos y de clases acomodadas. Para llegar a casa toman varios transportes, ya sea porqué los recorridos no son adecuados o porque simplemente temen caminar”.
‘Ciudad Feminista’ ha hecho reconocimiento en calle, auditorías y ha desarrollado cursos en la Universidad de Chile. “En clases intentamos sembrar una semilla a los y las estudiantes para que desarrollen proyectos que involucren problemáticas urbanas con perspectiva feminista”, indica Retamal.
Uno de los más recientes trabajos de ‘Ciudad Feminista’ se hizo en la línea 6 del metro de Santiago de Chile.
Reconociendo que es difícil promover con tan pocos ejemplos. “Actualmente hay resistencia, ya que se omite la perspectiva de genero y la vida cotidiana en los proyectos urbanos. Si no hay un cambio desde ahí, vamos a seguir reproduciendo desigualdades”, comenta Retamal y lamenta que, aunque hayan auditorías y espacios consultivos con la comunidad para hacer más equitativos y diversos los proyectos, no siempre las conclusiones son vinculantes y las ciudades se siguen construyendo bajo un modelo patriarcal.
Esto, como en España, se irá resolviendo poco a poco. Fonseca, de Punt 6, reconoce que es clave la voluntad política.
Por ahora, lo cierto es que las mujeres ya dan pasos de gigante en las ciudades. Con carteles en el suelo, mujeres, ancianos y niños de España y Chile ya pintan la ciudad que se imaginan. En Barcelona ya hay bancos para los mayores, caminos escolares seguros para las niñas y patios donde puedan practicar deportes que antes solo eran para niños. En Chile ya se realizan intervenciones en barrios específicos para promover estrategias de seguridad colectiva entre mujeres y exigir cambios.
Las ciudades pueden ser feministas. Y el asunto puede favorecer a todos sus habitantes.
ANA PUENTES
Fuente: https://www.eltiempo.com/bogota/que-es-el-urbanismo-feminista-y-que-propone-398822